Desde que soy madre, algo en mí se ha reordenado. No fue un cambio inmediato, pero sí profundo. Fue como si todo lo que había aprendido y mi experiencia sobre infancia, vínculo y desarrollo encontrara por fin su raíz… en el cuerpo, en la piel, en la emoción.
Elegí ser madre de día porque creo en el respeto por los ritmos, en el acompañamiento amoroso, en la importancia de cada momento cotidiano. Antes de ser madre, vivía mi trabajo con entrega, con presencia y con una fuerte convicción profesional.
Pero ahora, desde este nuevo lugar, todo eso cobra un sentido más hondo.
Ahora entiendo mejor ciertos miedos de las familias. La preocupación por si comerá bien, si llorará mucho, si dormirá tranquilo. La necesidad de sentir que su hijo está no solo cuidado, sino visto, comprendido, amado.
Porque ahora también soy esa madre que entrega a su bebé en brazos de otra persona. Y sé lo que cuesta.
A veces nos gana la prisa, la planificación, el deber hacer. Pero cuando estás en casa con tu propia criatura, descubres lo que verdaderamente implica respetar los ritmos: el ritmo del sueño, del juego, del llanto, del cuerpo, del vínculo.
A partir de enero de 2026, cuando vuelva a abrir las puertas de La casa de Male, sé que acompañaré a cada niño y a cada familia con una sensibilidad distinta, más atravesada por mi propia vivencia como madre.
En septiembre comenzaré a recibir a las familias interesadas en este proyecto, y lo haré desde un lugar más amplio y humano.
Porque ser madre no cambió mi esencia como madre de día y educadora… pero sí me dio nuevas capas, nuevas comprensiones y nuevas certezas.
Ser madre me ha llenado de preguntas nuevas, de dudas, de luces y sombras. Pero también me ha confirmado algo esencial:
💛 Cuidar con respeto, con alma, con presencia, es un acto profundamente humano y necesario.
Y sí, mi forma de educar cambió. Cambió porque yo cambié.
Y eso, lejos de restar, enriquece mi proyecto, lo vuelve más real, más sensible, más vivo.
Malena Quintana – Madre de día en La casa de Male
Educadora infantil, ahora también madre… y más conectada que nunca con la infancia
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