Cuando una familia se enfrenta a la decisión de dejar a su bebé al cuidado de otra persona, hay algo que va más allá de horarios o logística:
¿Dónde va a sentirse querido, seguro, respetado?
¿Dónde lo van a mirar con ternura cada mañana? ¿Dónde van a tener en cuenta su ritmo único, su manera particular de descubrir el mundo?
Ahí es donde empieza la diferencia.
Un hogar que acoge, un proyecto que cuida
Ser madre de día no es simplemente cuidar niños en casa.
Es ofrecer un espacio pensado para ellos, con amor, con calma, con intención.
Es abrir las puertas de mi hogar para que los niños puedan crecer sintiéndose en casa.
Es cocinar cada día pensando en sus necesidades, preparar con cuidado los materiales, acompañar los juegos y las emociones como si fueran parte de mi propia familia.
En La casa de Male, cada gesto cotidiano tiene un sentido profundo:
El cambio de pañal, el momento del descanso, la forma de ofrecer la comida o de estar presente durante el juego… Todo forma parte del acompañamiento respetuoso que nutre, que da seguridad, que cuida el vínculo.
Una infancia sin prisas
Aquí no hay filas de carritos ni agendas marcadas por la campana.
Hay días que fluyen al ritmo de los niños, con tiempo para mirar, para escuchar, para estar.
Cada niño mantiene sus propios ritmos de sueño, alimentación, juego y desarrollo. Y eso, en los primeros años de vida, lo es todo.
Porque la infancia no necesita prisa. Necesita presencia.
Una elección con alma
Ser madre de día también es una elección profesional:
Supone formación continua, cumplir con normativas, adaptar espacios, cocinar cada día con consciencia, contar con seguros, materiales adecuados y un compromiso profundo con la infancia.
En la Comunidad de Madrid, las madres de día trabajamos bajo un marco regulado, con ratios máximas de 4 niños, lo que permite un acompañamiento real, humano y cercano. Además, este servicio está reconocido como acción social, y las familias pueden acceder a beneficios fiscales en la declaración de la renta.
No es un simple cuidado en casa
Es un proyecto educativo y emocional.
Es otra manera de mirar la infancia.
Y puede que sea justo la que estás buscando para tu bebé.
¿Te gustaría visitar el espacio?
Plazas disponibles curso 25/26
